domingo, setiembre 09, 2007

VIAJA CON HENRY A SALZBURGO (AUSTRIA)

Salzburgo – Austria, 09/09/07 – 10/09/07


Ahora es el turno de contarles sobre la ciudad de Mozart. Salzburgo se encuentra en un amplio valle limitado por las colinas de la región subalpina y las primeras montañas del norte de los Alpes Calcáreos. El río Salzach divide en dos el centro de la ciudad. La antigua ciudad principesca (su casco antiguo) se encuentra a la orilla izquierda del río, y la llamada “ciudad nueva”, a la derecha.
Salzburgo tiene nada más que 145.000 habitantes, sin embargo en términos económicos, la provincia de Salzburgo es una de las regiones más dinámicas de Europa. El sector predominante es el de los servicios con un 65 por ciento. Uno de cada tres puestos de trabajo está directa o indirectamente vinculado al turismo. Aquí tienen una tasa de desempleo de nada más que 5 por ciento, siendo la más baja de Austria.
Al llegar a Salzburgo me llevé la impresión de que si bien es una ciudad que conserva su estilo medieval, está muy bien organizada porque a la entrada de la ciudad, en donde se debe pasar por un tunel en una montaña, te encontrás con dos parkings subterráneos que están repletos de autos de turistas y son los únicos de la ciudad, pero están pensados para que no haya coches por la ciudad y no se pierda el espíritu medieval que se quiere mantener.
Primero pasamos por la Casa para Mozart, que es un teatro de ópera con 1650 butacas, construido para el Festival “Mozart 2006” y conmemorando el 250 aniversario del famoso hijo de la ciudad. En esta ciudad nació en el año 1756 Wolfgang Amadeus Mozart, y esto convirtió a Salzburgo en una visita obligada para los amantes de la música clásica.
Luego estuvimos en la plaza Dom Platz se encuentran varios lugares históricos y la iglesia Franziskanerkirche (de los Franciscanos) que fue orgullo de la burguesía. Esta iglesia, muy sobria comparada con la ostentosa Catedral, es hasta hoy el templo preferido por los salzburgueses para la devoción y el recogimiento.
Seguimos caminando y dimos con la plaza de la Catedral. La Catedral está rodeada por tres amplias plazas. Al sur se encuentra la Plaza del Cabildo en donde está la Fuente de Neptuno que originariamente servía para bañar los caballos y que fue construída en 1732. En la Plaza de la Catedral vimos la Columna de María en el centro de la plaza. Aquí en verano se hace el Festival de Salzburgo. La Catedral es un edificio de estilo renacentista con influencias barrocas contraído entre 1614 y 1628.
La principal atracción que visitamos aquí fue la Fortaleza de Hohensalzburg, que es una de las fortalezas medievales más grandes y mejor conservadas de Europa. Aquí la consideran el símbolo de la ciudad y de la provincia. Esta se empezó a construir en el año 1077 y se desarrolló hasta el siglo XV.
Les cuento un poco de historia sobre esta Fortaleza: parece que durante la guerra de las investiduras entre el Papa y el emperador, el arzobispado Gebhard I se vio en peligro. Entonces como fiel seguidor del Papa, debió temer la venganza de los Príncipes de Alemania del Sur, que mayoritariamente apoyaban al emperador. Por esta razón en el año 1077 empezó a construir tres fortalezas en su arzobispado: la de Hohenwerfen (en el distrito del Pongau, Salzburgo), la de Friesach (en Corintia) y la de Hohensalzburg.
Así es que la Fortaleza medieval de Hohensalzburg es la más extensa y mejor conservada. Durante unos 600 años se fue agrandando y modificando hasta alcanzar el aspecto actual.
Después de subir caminando una empinada colina desde la Catedral cruzando la Plaza Capitel hasta la calle Festungsgasse y desde allí siempre montaña arriba, llegamos a la boletería de la Fortaleza. La anécdota aquí fue que no hubo caso con el carné de prensa, la peleamos, pero no pudimos y yo les dije a mis compañeros de camioneta que era la mejor atracción de Salzburgo y que teníamos que entrar por más que costaba 7 euros. Así fue que pagamos y tuvimos una visita con audioguía muy buena que en realidad valió la pena. Después con el tiempo nos dimos cuenta de que en realidad sí era lo mejor que tenía Salzburgo, obviamente después de sus paisajes.
Desde aquí arriba se observaban unas increíbles vistas de esta ciudad paradisíaca, con sus callecitas, y sus hermosos paisajes de montaña y todo armonizado con el pasaje del río Salzach y sus puentes, en donde se destaca el Makart Steg. Para disfrutar de la vista de la ciudad, lo mejor es hacerlo desde esta Fortaleza.
Dentro de la Fortaleza hicimos una visita guiada con audioguía a través de las habitaciones incluyendo el Museo de la Fortaleza. Al principio de la recorrida vimos unas maquetas sobre las fases de construcción de la misma, luego entramos en la Sala Dorada en donde hay tallas de madera del gótico tardío recubiertas de oro, así como una magnífica estufa de cerámica del año 1501, cubierta de mayólicas. Luego entramos a la Cámara de Torturas, en donde hay todo tipo de instrumentos para torturar, y subimos a la Torre de la Justicia, siendo este el punto más alto de la Fortaleza. También vimos el órgano llamado “el toro de Salzburgo” de 1502. Este órgano debe su nombre a los fuertes acordes iniciales y finales de los corales que en él se tocaban. Es accionado por un mecanismo de rodillos. Lo interesante de este órgano es que el padre de Mozart, Leopold, componía para ese instrumento.
Luego y antes de empezar el descenso pasamos en el recinto exterior de la Fortaleza por la Iglesia de San Jorge (1502).
Para bajar de la Fortaleza nos tomamos un funicular que en menos de un minuto nos llevó hacia abajo. Este funicular funciona desde 1892. En ese entonces se transportaba a los pasajeros por medio de un sencillo principio de la física: en el vagón de la estación superior se bombeaba agua hasta que estaba más pesado que el vagón de la estación inferior y así se lograba que este último pudiera subir. Recién en los años sesenta se impuso el motor eléctrico para la tracción del pequeño funicular.
Luego de la Fortaleza caminamos unas pocas cuadras y llegamos al Ayuntamiento (Rathaus), donde comienza la calle Getreidegasse (Gezellig straatje). En esta calle conocida como la "Calle del Grano", no sólo encontramos la casa donde nació Mozart, sino también un gran número de tiendas, siendo una pintoresca calle peatonal con mucho movimiento de turistas.
La casa natal de Mozart es poco llamativa y en realidad resulta ser la más visitada de la ciudad. Su padre Leopold (1719-1787), vicedirector de orquesta al servicio del arzobispo, habitaba el tercer piso con su esposa, Anna María Walburga. Aquí nacieron sus siete hijos, de los cuales sólo dos superaron la niñez: María Anna Walburga “Nannerl”, nacida en 1751, y Wolfang Amadeus, venido al mundo el 27 de enero de 1756. Vivió en esta casa (cuando no estaba de viaje) hasta los 17 años de edad en 1773. La casa natal recibe hasta 5000 personas diariamente. En su tercer piso hay un museo en donde están expuestos el mobiliario y la cocina de la familia, así como instrumentos originales, cartas y cuadros.
Luego de cruzar un puente sobre el río Salzach y pasar su margen derecho, dejamos atrás a la ciudad vieja y llegamos a la ciudad nueva. Allí fuimos a otr vivienda de Mozart en donde también siempre que no estuviera de viaje, Mozart entraba y salía de esta casa durante los años 1773 a 1780. Su padre vivió en ella hasta su muerte en 1787. La casa, destruída por completo en la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruída entre 1994 y 1996 siguiendo fielmente la original. Del total histórico de la casa se conserva sólo la Sala del Maestro de Baile, usada por los Mozart como sala de conciertos.
Nuestra última visita de la ciudad de Mozart fue la Plaza de Mozart y su monumento. La estatua fue inaugurada en 1842 en presencia de los hijos de Mozart. No me resultó para nada parecida a Mozart esta estatua. Antes de estar la misma en esta plaza, le llamaban Plaza de San Miguel.
Cómo ya era tarde y aún no sabíamos dónde ibamos a dormir, nos fuimos a buscar un camping, lo que tardamos cerca de dos horas y finalmente llegamos al Camping Panorama Stadblick (Rauchenbichler Str. 21), cerca de la autopista A1 Salzburg Nord. Allí entramos luego de cerrada la recepción y nos fuimos antes de que abriera no pagando un solo euro, para no perder la costumbre.
En conclusión les digo que esta hermosa ciudad me llamó tanto la atención por su belleza medieval y lo conservado del estado de sus edificios y atracciones.
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Abrazo grande desde Salzburgo,
Henry.

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